El infierno se divide en territorios. Cada territorio tiene un jefe y Staz es uno de ellos. Él es un vampiro. Pero no un vampiro maligno ni sanguinario; es un vampiro otaku que ansía ir al mundo humano para aumentar su colección de videojuegos, anime, manga y explorar Japón.
Por suerte para él, un día, una chica humana llamada Yanagi cae en el infierno trasportada por una cortina mágica que comunica ambos mundos. Allí muere devorada por una planta carnívora y se vuelve un fantasma. Staz, atraído por la chica y su inmenso interés por descubrir el otro mundo, decide volver con ella al mundo humano para cumplir su sueño y ayudar a resucitar a su nueva amiga.
Blood Lad es una comedia. Una comedia que en este primer tomo se ha desinflado un poco. La primera mitad del tomo es genial, repleta de coñas y referencias a videojuegos, animes y mangas y la segunda mitad más seria, con el fin de encarrilar el argumento pero sin descuidar los gags.
Staz, el vampiro otaku protagonista de este manga es como un humano más. Tiene un gran poder demoníaco pero a él eso poco le interesa. Él quiere explotar su frikismo y esta faceta suya es uno de los encantos de este manga. Por su parte, la chica, es bastante sosa. Pero un poco menos de lo que pueda aparentar al comienzo de la lectura.
El dibujo es muy bonito. Muy limpio, personajes perfectamente definidos y estilizados y fondos muy currados. Visualmente genial.
Un tomo introductorio correcto. Me ha gustado, me ha entretenido y me ha dejado con ganas de más. No sé cómo se desarrollarán los acontecimientos a partir de ahora pero quisiera que se centrara más en la parodia otaku, que es lo que realmente me ha resultado encantador.
